top of page

REACTIVACIÓN RURAL: SIEMBRA, CRECIMIENTO & COSECHA

Cuando conoces tu propósito personal y éste está en coherencia con tu propósito profesional, aumentan las posibilidades de que puedas crear de una vida cálida y amable. Ejemplo de esto es nuestro invitado de hoy Juanjo Manzano, vecino de Arroyomolinos de León, un pueblo de 947 habitantes en la provincia de Huelva. Juanjo estaba decidido a quedarse en su pueblo y combatir las injusticias sistémicas que enfrentan miles de personas que viven en el mundo rural.


Por eso fundó AlmaNatura, que existe para reactivar lo rural, evitando la despoblación a través de proyectos de alianzas público privadas para empoderar a las personas. Hoy en día Juanjo no sólo ha asegurado su lugar en Arroyomolinos de León, sino que además está haciendo posible que muchas otras personas como él puedan vivir la vida que desean.


Ana Amrein: Juanjo bienvenido a Raíces, es un gran placer contar contigo en esta serie de podcast. Me acuerdo que la primera vez que coincidimos fue hace tres años más o menos y ya me llamó muchísimo la atención AlmaNatura y tú como referente, porque la verdad es que yo llegaba nueva a España y no tenía ni idea de cuál era la situación del rural y fue gracias a ti y AlmaNatura que me empecé a dar cuenta de todo lo que estaba pasando, todos los retos que se enfrentan y que existe la posibilidad de hacer cambios, así que muchas gracias por estar aquí.


Juanjo Manzano: Muchas gracias por acordarte de nuevo de nosotros. Me encanta estar en tu casa y compartir con los oyentes un ratito de lo rural y de sentirse fantástico.


Ana Amrein: ¿Qué significan las raíces para ti?


Juanjo Manzano: Creo que las raíces es aquello que no deberíamos de perder, aunque nos hayan plantado en diferentes lugares, sobre todo porque al final las raíces tienen que ver con los valores y con eso que somos y que nos hace sentir nosotros mismos. Que debido a un poco a los avatares de la vida, vamos transformándonos en algo que a lo mejor ni siquiera queremos ser. No es que no tengamos que transformarnos, porque evidentemente el ser humano está en transformación continua, pero sí que creo que hay valores que deben estar ahí.

Siempre digo que cuando alguien lo está pasando mal, que se divorcia, pierdes el trabajo, que viene una pandemia, el pueblo está para recibirte. Entonces, cuando de nuevo nos conectamos a nuestras raíces, valores, creo que acabamos consiguiendo ese equilibrio, que muchas veces las prisas y todo lo que nos estamos creyendo como sociedad, está haciendo que verdaderamente ese acelere no encontremos nuestro centro y el rural tiene que ver mucho con centro y con raíces, sin duda.


Ana Amrein: Y ¿cómo te recibe el pueblo?


Juanjo Manzano: El pueblo vive su propia vida. Mucha gente del pueblo autóctonos, gente que nunca se marchó, que tiene sus negocios, que tiene su vida aquí, no piensa que vaya todo tan mal. Mientras que hay muchas personas que estamos muy preocupadas por las estadísticas, porque cada vez hay menos pueblos con menos habitantes. El autóctono, el local, no piensa que haya problemas por no tener cine o porque no haya una gran superficie de supermercados, cada uno vive su vida, por lo tanto viven en equilibrio, viven con tranquilidad y eso hace que en muchas ocasiones el pueblo te reciba de forma amable. Porque si vienes es genial, pues ya somos más en las fiestas.

La gente del pueblo vive su vida y por lo tanto te recibe bien. Lo único que ocurre es que es verdad que el sentido de comunidad es más extenso. Entonces, qué ocurre, que cuando te ven que no sales de tu casa en 5 días, pues lo más normal es que se preocupen de ti y hay gente que sólo ve o lo vive como invasivo, o sea, como que se están preocupando en exceso de mí. Pero qué va, no es una cuestión de ir de invasión, sino más bien de no te vi en 5 días, que te pasa algo aquí estoy, pero que si no quieres nada tú sigue tu vida.

Evidentemente habrá pueblos como ciudades de todo tipo y barrios como pueblos de diferentes tipos, pero el pueblo es amable, no conozco pueblos antipáticos o zonas donde tú no quieres llevar a tus hijos, a lo mejor soy muy optimista, pero creo que que el pueblo es amable, sin duda te recibe bien.


Ana Amrein: ¿Tú nunca has sentido agobio?


Juanjo Manzano: Por lo que sí que siento agobio, es por disfrutar de poca cultura o una muy limitada, que es la que se le ocurre al Ayuntamiento de turno o lo que toca políticamente hablar, porque es una fecha señalada y ahora es el día del medio ambiente, entonces, solo medio ambiente. No digo que no, pero a veces sí es verdad que me cuesta encontrar esa cultura que es un poco más diferente a lo habitual y ahí sí que me agobio.

Realmente no quiero decir la palabra alternativo, pero sí un producto más contemporáneo culturalmente hablando, una exposición diferente, ese tipo de cosas sí que se echa de menos y evidentemente solo las encuentras en la ciudad. Lo que pasa es que creo que también es un factor psicológico, es decir, en el momento que tú cambias de un lugar habitado, es decir, donde hay edificios, población, casas a otro lugar, donde hay campo o monte, extensión de terreno natural, pues ahí psicológicamente es como, pero que te vas a ir a Sevilla a ver simplemente una exposición. Pero si estás internamente dentro de una ciudad en un metro durante 50 minutos, pero es curioso en esa reflexión, no digo que a la gente le ocurra eso, sino a mí mismo me pesa más cuando cambio de un sitio, de un lugar a otro, que estar dentro de una ciudad tardando el mismo tiempo.


Ana Amrein: Sí, pero porque ya estás acostumbrado a que en el día a día las distancias son más largas y estas discusiones que tienes que invertirle en los 40 o 50 minutos para llegar al trabajo todos los días. Sin embargo, en el pueblo ¿Cuánto tardas para ir a tu oficina?


Juanjo Manzano: He tardado en llegar aquí a la oficina un minuto y 50 segundos y me he metido por otra zona que me ha hecho meterme por una zona de huertas. También digo oye, pues qué bonito, porque si me hubiera venido antes hubiera dado un paseo más grande por aquí, por estas huertas. En el pueblo se vive demasiado tranquilo. Ahora que empiezo a volver después de la pandemia, el otro día estaba justamente en Sevilla y sufrí porque llevaba sin coger un coche dentro de ciudad, porque me he movido poquísimo en ciudad durante toda la pandemia y cuando estoy volviendo y es como ansiedad. O sea, de verdad de llegar a sentir que pierdo el tiempo. Quiero decir que hay cosas que dice pero si esto, lo podemos hacer online, que no quita que estoy deseando ver a mucha gente de la ciudad que hace casi dos años que no veo y eso es lo que me ilusiona más, pero luego eso que la vida en la ciudad es dura, que la vida en el pueblo es demasiado cómoda a veces.


Ana Amrein: ¿Por qué es demasiado cómodo?


Juanjo Manzano: Porque simplemente vives como una vida que no es totalmente real y real para aquella gente que vive en una gran ciudad o vive en otro territorio, no es que el mundo rural no sea real. Evidentemente esto es una realidad totalmente, yo la vivo pero a veces digo bueno, si de casualidad tuviera que cambiar de vida de repente, esto sería un trago porque no estoy acostumbrado. Es que viajo a la ciudad, me muevo mucho, pero sé que siempre voy a volver. O sea, cuando estoy una semana o estoy 3 días, 4 es como que lo doy todo.


Ana Amrein: Eres de Arroyomolinos, de León y ¿Cómo es tu historia, por qué sigues viviendo ahí, por qué querías quedarte en Arroyomolinos?


Juanjo Manzano: El tema principal era porque no veía amable la ciudad, personalmente. Luego cada una de la gente que iba llegando a AlmaNatura gente nueva, que ha sido contratada, cada uno encuentra su motivo porque evidentemente nosotros podemos inspirar al motivo nuestro, pero evidentemente cada uno viene con su historia y con su mochila.

Entonces personalmente, es porque sinceramente no veía calidad de vida en el medio urbano y nosotros no tenemos ni un solo piso y mi familia no tiene una vivienda. Tengo que alquilar desde el primer momento, como mucha gente que sí, no lo dudo, pero no es lo mismo cuando tienes una vivienda de tus abuelos, familia, padres, al final si te va mal acabas refugiando de allí. Pero claro, tú empiezas con un alquiler mínimo, tienes que tener unos ingresos mínimos para poder sustentarte en la ciudad y lo que veía era que echaba cuentas y decía que no me salen las cuentas, esto es imposible.

Luego recuerdo que estaba en la universidad, vivía en la ciudad con un piso de alquiler y con una beca que recibía y estaba aprovechando para echar curriculum y no encontré ni un solo puesto de trabajo, incluso con amigos que me iban a ayudar, nunca encontré empleo en la ciudad y he visto gente que dice, es que en la ciudad hay un montón de oportunidades, pues chico, explícame cómo lo haces, porque esto es como los viajes de 5 euros de las aerolíneas, no los encuentro.

Mientras estudias son sueldos muy bajos, de 400, 500 euros de salario base de 600 euros, no sé y es que con 600 euros pagas el piso, comes y malviven. Entonces, mi reflexión fue ¿qué la gente se ha comido que yo no me he comido? Es decir, porque por ejemplo un piso, imagínate ya tienes un puesto de trabajo y te puedes meter en una hipoteca, pero vas a estar hipotecado toda la vida, porque tener la casa que tengo en el pueblo en la ciudad, era hipotecarme mínimo 30 años.

Cuando te hipotecas no es que sea malo o bueno, sino simplemente que pides unas ciertas libertades. ¿Por qué?, porque tienes que pagar la hipoteca y ¿qué pasa cuando tienes una necesidad? Pues que acabas pasando por el aro de muchas cosas y por ejemplo, que no te guste tu trabajo y tienes que seguir en ese trabajo porque tienes que pagar la hipoteca.

Claro, evidentemente no es lo mismo tener una hipoteca como yo tuve de 90.000 euros que una de 300.000 euros, porque la libertad es otra. Y ¿qué ocurre cuando pagas una hipoteca antes? Pues que eres más libre, no sólo en el sentido económico, sino también en un sentido de poder expresarte, contar, compartir con otras personas tu forma de ver la vida, de decir lo que quieras realmente porque eres libre de poder decirlo.


Conozco mucha gente absolutamente amordazada porque no puede ser libre hablando. Esto es muy triste. En el momento en el que vivimos que haya gente que no pueda decir lo que piensa por poder perder su puesto de trabajo o su estatus.

Entonces, esto me hizo pensar desde muy pequeño que tenía que vivir más libre y que no podía hacerlo de otra forma que no fuera contrayendo deudas enormes como las que viven algunos de mis amigos en la ciudad, empezaron a pagar las hipotecas antes que yo y les quedaban años, esto me hizo pensar y por supuesto, todo lo que tiene que ver con una vida más tranquila, más relajada.

Ahora escucho un podcast que habla del tema de cómo sufren muchos emprendedores, la presión del emprendimiento es de una gran ciudad o de cualquier parte del mundo, me refiero a la presión que sufre un emprendedor de éxito para poder llegar a responder a todas las expectativas de familiares, amigos, del propio grupo de empresa, etcétera. Y cuando escuchan a la gente contar sus historias, digo, es que yo no quiero eso. O sea, no quiero estar continuamente corriendo ese acelere y como me dijo una vez un compañero de una gran empresa. Me dice: mira, te escucho porque no vienes de ninguna ciudad, digo ¿pero cómo me dices esto? dice no, porque no sé si es que por la tarde queda la gente en el mismo sitio. Todo el mundo cuenta la misma historia y toda la gente que viene aquí a contarme algo me cuenta lo mismo y a veces hace falta esa resiliencia, ese mute, esa concentración para tener la capacidad de crear algo nuevo y esto no es ninguna tontería, porque estamos demasiado contagiados por las tendencias a veces. Es decir, nosotros estamos buscando esa frecuencia mucho más humana, cercana a las personas, a la tierra, más amable para nuestro espíritu, nuestra forma de entender la vida y eso un movimiento como BCorp nos lo ofreció.


Ana Amrein: Sientes que haber optado y decidido seguir en Arroyomolinos de León, te ha permitido mantener la coherencia con tus valores por un lado, ser más creativo y productivo.


Juanjo Manzano: Efectivamente, muchas veces nosotros pensamos si nuestra oficina estuviese en una ciudad, nosotros tendríamos un problema de productividad, porque la gente se pasa pasar por la oficina a ver qué hace esta gente, vamos a charlar un rato, entonces es un problema esto. Es más, nosotros tenemos un programa que atiende a nuevos pobladores, el proyecto se llama Holapueblo.com y entonces nosotros les ayudamos con un proceso de mentoría para montar su proyecto y a la vez encontrar un pueblo, el pueblo que mejor se adapta a sus características de vida.

Este año por ejemplo, hay 70 pueblos que pueden recibir nuevos pobladores. Pues imagínate con la pandemia, la gente ha sido como la última gota que ha rebosado el vaso y ha dicho me voy, que ya no puedo más. Entonces, hemos pasado de eso de 400 a 1500 en un año, 1500 proyectos, 1500 vidas, 1500 familias de todo el mundo, no sólo de España y claro, nosotros muchas veces lo pensamos, si no tuviéramos el sentido online que tenemos, muchas veces estaríamos absolutamente desbordados. Tanto es así que mucha gente se queja porque no tenemos un teléfono, pero no tenemos por nada, sino porque no podemos atender la cantidad de solicitudes de personas que quieren hacer este cambio.

Entonces necesitamos organizarnos, porque evidentemente seguimos siendo una pequeña organización, pero para poder ir contestando uno a uno, cada una de las solicitudes, si no es que es imposible y recibimos solicitudes de todo tipo, desde gente que está en la calle tirada, hasta familias completas que tienen una idea y se quieren marchar en menos de dos semanas, es complicado, pero aquí hemos encontrado la productividad necesaria.

Hay un libro que se llama City Quitters, que habla precisamente de esto. Habla de cómo muchos artistas en muchas partes del mundo han conseguido esa creatividad necesaria para conseguir no solo su paz interior, sino realmente esa creatividad necesaria para su modelo de negocio, muy interesante ésto.


Ana Amrein: Súper interesante, eso me hace pensar ¿tú cuántas horas al día trabajas?


Juanjo Manzano: Pues aproximadamente unas cinco, seis. Que a veces me siento mal decirlo y mucha gente incluso me dice, no me lo creo. ¿Cómo lo hago? Primero de todo, contar con personas que tienen muchísimo más talento, que tienen una capacidad de organización mejor que yo y a mí me han dejado la comunicación, esto es de lo único que sé hacer. Pero es verdad, hay gente muy buena en AlmaNatura.

Entonces, hace falta gente que tenga la capacidad de liderazgo y de trabajo con esa profundidad y también intentar ver que no es necesario trabajar las 8 horas para ser productivo. O sea, entender que a veces en 4 horas puedes hacer mucho más que en 8, porque la estadística está ahí, a partir de la hora 6 7, la productividad baja muchísimo, entonces concentrémonos en lo verdaderamente importante y luego reenfocarnos a propósito, es decir, cada vez que hagas algo que verdaderamente no está en esa línea de valor y de necesidad para el cual tú estás en ese puesto de trabajo y estás perdiendo el tiempo tomando caminos que no te llevan a nada.

Soy súper crítico porque ahí hay mucho tiempo que se está perdiendo por no reenfocarte, no es que yo sea Gandhi, pero cada vez que pierdo un poco el foco, tengo una frase enorme en mi oficina que dice ¿Nosotros para qué existimos realmente? Nosotros existimos para fijar población, para que la gente no se tenga que marchar por falta de recursos, de oportunidades, a una gran ciudad. Entonces refocalizarse constantemente te hace no hacer cosas que no tocan y creo que hacemos demasiadas cosas que a veces no tocan. Por ejemplo, a veces vamos a demasiados eventos que no toca, pero nos gusta la cerveza y conocer gente y hablar, que eso de socializar es fantástico, pero a lo mejor tienes que validar mejor y chequear mejor los eventos a los que vas, esto no es una tontería, porque hay gente que pierde mucho el tiempo pensando que allí va a hacer mucho networking, lo único que va a hacer es mucho intercambio de correos que no van a llegar a nada, probablemente.


Ana Amrein: En estas últimas dos semanas he dicho que no a dos grandes eventos, pero justamente por eso, porque si no, al final si te vas de evento a evento acabas estresadisima porque no tengo el foco y el tiempo como para ponerme a crear y enfocarme en lo justamente importante. Entonces, tú equilibras básicamente el propósito de AlmaNatura con el tuyo. ¿Cuál sería tu propio propósito?


Juanjo Manzano: Claro, es que nosotros durante un año y pico, concretamente el núcleo más duro del equipo de dirección, tuvimos la posibilidad de trabajar en su propio propósito. Nosotros, sobre todo yo, mi hermano y mi mujer que también trabaja en la organización en AlmaNatura, somos un núcleo familiar que alineó de alguna forma el para qué estaba en este mundo. Tuvimos un año y pico para pensar en esto y por qué estamos en esto, por qué tiene que ver con mi estilo de vida y por qué nosotros hacemos lo que hacemos. Primero de todo, mi hermano y yo hemos visto como nuestro padre sufría las embestidas de un mundo globalizado, era un pequeño agricultor y ganadero en una zona rural, nosotros veíamos como sus productos cada vez valían menos, porque invadía más intermediarios o como los arrendatarios, porque él no tenía tierra en propiedad, tenía muy poca tierra, pues un poco abusaban de ese estatus, de esa capacidad que tiene el propietario de decirle lo que tiene que hacer, de quitarles las naranjas, de hacer lo que tenía que hacer. Esto lo he vivido con sufrimiento en mi casa, mi padre vulnerable, con pocos recursos, sin herramientas tecnológicas, pues tenía que sufrir y eso nos conecta con lo más profundo de nuestro ser, de nuestro corazón. Cuando nosotros perdimos a nuestro padre vimos cómo se iba un padre que había luchado mucho y no había conseguido muchas de las grandes cosas que él pretendía conseguir.

Mi padre es que además murió muy joven, con sesenta y tres años. Entonces, pues en su situación hay miles de personas en el medio rural: vulnerables, con pocos recursos o con pocas herramientas que le faciliten el trabajo, con poca innovación en el mundo rural, que es una de las grandes necesidades. Entonces ahí nos conectamos, nos hemos podido formar, hemos podido estar fuera, volvemos al pueblo, pero queremos ayudar a más gente en este cometido, para hacer sostenible sus negocios y para ayudarle en su día a día y eso te conecta con lo más profundo de tu ser, porque ¿sabes qué pasa? que ahí tienes una energía ilimitada, porque no estás haciéndolo porque necesitas llegar a final de mes, porque tienes que pagar tu vida, sino que verdaderamente lo estás haciendo por algo mucho más trascendente, que sabemos que lo hemos vivido en nuestras propias carnes.

Nosotros hemos visto situaciones muy dramáticas de muchos de nuestros padres, pero también de nuestros tíos que viven en el mundo rural. Entonces, como que no nos parece justo que tenga que pasar eso en un país europeo, que se supone que tenemos muchas posibilidades y sin embargo no es así. Al final el mundo rural siempre ha sido como de segunda o de tercera, por falta de servicio público, de oportunidades laborales, por las embestidas que ha sufrido el sector primario durante tantísimo tiempo y eso nos conecta directamente a querer movilizarnos y hacer algo y a querer ser mucho más activistas de lo rural. Entonces, ahí lo único que puede pasar es algo bueno, porque estás conectado con tu familia y con tu vida.


Ana Amrein: Me parece inspirador y muchísimas felicidades. Muchísimas gracias por compartir, porque me parece que de verdad lo que acabas de compartir refleja una coherencia que es ejemplar.


Juanjo Manzano: No deja de ser una lucha como otra, evidentemente cada uno le toca una cosa y en nuestro caso, pues no sé, tocó este propósito. Fue muy pensado, muy asimilado también, porque al final te hace ver que verdaderamente a veces lo pasas mal por no tener recursos más a mano y es como que estás continuamente pagando un tributo.

Nosotros el año que viene hacemos 25 años en el mundo rural y hay mucha gente que nos dice pero ¿por qué seguís allí? Y yo les digo pero joder tío, pero ¿que parte de todo mi rollo no te has enterado, de que parte de mi discurso no has comprendido? Ahora justamente acabamos de terminar de rehabilitar un antiguo molino de aceite en el Arroyomolinos de León, aquí en la localidad, es un lugar de encuentro de la propia población local, donde va a haber espacios de coworking, donde hay un programa cultural que a mí me mueve. Entonces, hay un espacio cultural durante todo el año con agenda cultural, es decir, es un sitio multi actividad que está dentro de un molino de aceite que además tenía unas parcelas, con lo cual también una zona de jardines, de huertos y también dentro de la misma parcela está el antiguo cine del pueblo. Imagínate, es un lugar súper emblemático para la localidad, porque allí es donde se celebraron durante años muchas de las grandes alegrías del municipio y llevaba olvidado más de 70 años y es un molino con 150 años, muy antiguo. Entonces, ha sido un resurgir y una inmensa felicidad, como abrir nuevas puertas al pueblo, está siendo fantástico la oportunidad que estamos brindando, pero más que estamos brindando, que nos estamos brindando a nosotros mismos, porque de verdad ha sido muy ilusionante el descubrir cómo de repente se encendían las luces del molino una noche de nuevo, que había estado tantos años aletargado.


Ana Amrein: Hombre, desde luego que sí, es que eso es regenerando la cultura además en el mejor sentido.


Juanjo Manzano: Imagínate, súper realizados estamos teniendo la suerte de seguir haciendo lo que nos gusta, que eso es súper importante.


Ana Amrein: Que bien Juanjo, muchísimas gracias por compartir.


Juanjo Manzano: A vosotros y a vosotras, me encantó compartir este ratito y recordarme a mí mismo para que estoy.


Ana Amrein: Esto es raíces, una serie para que conectes y te inspires con otra manera de sentir y hacer, porque echar raíces te hace libre.

bottom of page