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VIVIR EN COMUNIDAD ES TENER UNA FAMILIA EXTENDIDA

¿Qué significa vivir en comunidad? Como todo, tiene sus pros y sus contras. En este epidosio de Raíces, Víctor Iguacel y Ana Amrein profundizan en las dinámicas personales y sistémicas de la convivencia.



Si una palabra aparece en todas las facetas de Victor es "Artieda". Aunque ha pasado parte de su vida viviendo en otros lugares, nació y se crió en este pueblo del Pirineo cuyo espíritu de lucha queda impregnado en quienes lo han habitado. Alguien dijo una vez que la verdadera patria de una persona es su infancia. Víctor y otros de su generación decidieron hacer las maletas y volver a la suya, donde viven hoy día desarrollando Empenta Artieda, un proyecto pionero que enfrenta la despoblación desde el municipalismo y la autogestión.


Ana: ¿Cómo describirías y cuál es tu relación con Artieda?


Víctor: Artieda es gran parte de mi vida, es mi familia, grupo de amigos, mis tíos de apego o esa familia que uno elige, es mi historia y la de todos ellos. Es un pilar o componente muy importante de lo que es mi vida, de lo que soy, al fin y al cabo, no es sólo un pueblo o un lugar de residencia.


Ana: Entiendo que has viajado mucho, ¿Por qué decidiste volver?


Víctor: Es una muy buena pregunta, supongo que es porque hay algo en el pueblo que no hemos encontrado en otros lugares.

El hecho de haber estado fuera y haber conocido otros lugares, al final te decidas por el pueblo como el lugar para construir tu proyecto de vida o para vivir, traslada lo que a priori sería un dejarse llevar por tu situación de vida a una decisión de vivir en el pueblo. Es una decisión consciente y para gran parte de mi generación también lo es, eso habla de las posibilidades de desarrollo personal que da el pueblo. En mi caso concreto, he venido porque creo que el pueblo de Artieda, ofrece unas condiciones para desarrollar proyectos, entre ellos mi propio proyecto de vida que no he encontrado en otro lado y no digo que no existan.


Ana: Esto me hace pensar un poco en lo que estabas diciendo antes de la familia extendida, ¿no?, me parece un concepto que realmente solo he conocido y he podido vivir en los pueblos, porque en la ciudad esto de la familia extendida pocas veces pasa. ¿Qué significa comunidad para ti?


Víctor: Precisamente cuando estamos hablando de esa familia extendida, esa familia sin vínculo de sangre, me venía a la cabeza esa palabra comunidad, que puede ser un sinónimo de la palabra familia. Comunidad es un grupo de gente que tiene intereses comunes y que tiene un vínculo de afinidad, asociado a la empatía con el otro. El deseo del bienestar del prójimo, que representa muy bien los valores de la comunidad y en el fondo es replicar las mismas dinámicas que se dan en cualquier familia, cualquier padre o madre apoya a su hijo, tiene una relación de sinergia con su hijo, su hijo le apoya y su progenitor le apoya también, y lo mismo entre hermanos, entre nietos y abuelos. Pues lo mismo pasa en un pueblo, unas personas se apoyan, se cuidan y se preocupan entre ellas. Evolutivamente es algo que está ahí, es la manada o la tribu, como lo quieran llamar. Dentro de la psicología social, es natural que lo que hacemos en familia, podamos hacerlo de igual manera en comunidad.


Ana: Además tú eres psicólogo, ¿crees que es natural que se pueda extender?, porque a mí me parece realmente excepcional lo que vi en Artieda.


Víctor: Sí, me parece natural, pero también hay un componente societal importante. O sea, vivimos en la sociedad y en el sistema de valores en el que vivimos, que desde luego no está pensado para favorecer este tipo de relaciones.

Cuando se estudia psicología social o incluso sociología, hay sociedades colectivistas y sociedades individualistas, prácticamente el 80%, 90% del planeta en relación a los estados donde vivimos somos sociedades individualistas. También hay todo un sistema de valores detrás de esto que nos lleva a desarrollar nuestra vida y a satisfacer nuestras necesidades vitales de la manera más individual, quizá de la historia de la humanidad nunca habíamos sido una especie tan individualista hasta ahora.

Entonces para mí, si existe un rasgo natural que nos lleva a desarrollar esta vida en comunidad, pero está absolutamente anulado por norma. Es decir, eso que sea natural dentro de nuestra especie no quiere decir que sea normal, entendido como la norma dentro de nuestra sociedad, ni muchísimo menos. Entonces el pueblo, que es una pequeña comunidad que vive unida, que propicia esa parte que está dentro y es propio de nuestra naturaleza.


Ana: Si pudieras ilustrarnos, haciendo una comparación entre otros lugares en los que has vivido y Artieda, dentro de este marco que estamos conversando de comunidad: ¿Cuáles son las mayores diferencias que ves?


Víctor: Bueno, por ejemplo es que tú dependes de tu panadero y tu panadero depende de ti, él se gana la vida con el dinero que cuesta el pan y tú te alimentas de su pan, lo que demuestra que es una acción absolutamente interdependiente, pero no sabes nada de la vida de tu panadero, no sabes si él necesita más y él no sabe si a ti su pan te parece soso o te parece que ha mejorado en el último en el último mes.

Ese ser interdependiente de la gente, pero no tener relación con ella, no tener una relación personal, sino simplemente satisfacer mutuamente las necesidades mercantiles exclusivamente, es para mí la diferencia. Ahora mismo si el pan del panadero está soso, se lo puedo decir o sé quién es mi vecino de la casa de enfrente, de quien quizás no dependo tanto, pero sí que convivimos en un mismo espacio y si tenemos un problema con la caldera, por ponerte un ejemplo con el internet que ahora quizás estábamos teniendo, pues de mi depende que el internet del vecino vaya bien y de mi vecino depende que mi internet vaya bien, y a la vez que dependemos uno del otro, nos conocemos personalmente y esa es la diferencia, las relaciones personales, trascienden a lo exclusivamente funcional, por así decirlo.


Ana: Me encanta. Podrías profundizar un poco en el tema de que el internet de tu vecino vaya bien depende de ti, porque eso en la ciudad no se conoce.


Víctor: En Artieda teníamos internet de calidad deficiente y en vista que a mediano y largo plazo iban a hacer la inversión para traer la fibra al pueblo. Entonces decidimos que mientras llegaba, nosotros mismos podríamos costear esa tecnología y traer el internet al pueblo. En resumen, de manera muy básica hicimos nuestra propia red de internet dentro del pueblo para conectar todas las casas entre sí, hicimos una malla de internet dentro del pueblo y trajimos el internet con ancho de banda de otro pueblo e hicimos nuestro Artieda WiFi, como lo hemos llamado al internet del pueblo.

Ahora tenemos todo el pueblo conectado entre sí y ahí es donde todos somos dependientes unos de los otros, porque por ejemplo ahora estoy hablando contigo a través de internet de calidad, el internet está pasando por casa de mi vecino y viceversa. Quizás no es una situación definitiva, pero sí hasta que se termine de desarrollar la red y estas empresas que son las que tienen la capacidad de hacer algo más definitivo puedan solucionarlo. Nos estamos apañando y la verdad que es una solución muy buena que ha cambiado la vida en el pueblo, con mucho ingenio, un poco de presupuesto y esfuerzo también.


Ana: Eso es un gran ejemplo de los pros de vivir en comunidad y el tipo de comunidad que tenéis en Artieda. ¿Qué es lo que tú más valoras de vivir en comunidad?


Víctor: Bueno, también tiene sus cosas negativas, no quiero decir que toda la vida en comunidad sea positiva. Si todos los días llego de mi trabajo a las 8 y un día llego a las 9, todo el pueblo va a saber que he llegado de mi trabajo a las 9 y es imposible guardar un secreto. El problema es que hay que aprender a vivir con eso y ahí también está lo positivo, es como que asumes que no tienes tanta intimidad como tienes en una ciudad donde todos tus actos se camuflan con las masas o en un entorno urbano más individual. Pero también asumes que eso es una parte imprescindible para el cuidado.

Al fin y al cabo es como vivir con una pareja, con la familia, tiene sus cosas negativas y positivas, por ponerte un ejemplo: no puedes poner la música alta porque a tu compañera de piso, a tu familia no le apetece escuchar música en ese momento y en caso de que hoy no te puedas hacer la comida te la va a hacer otro, de esta manera tienes un gran apoyo.

Porque si simplemente te apoyas en una pareja o en una familia monoparental, una familia pequeña, al fin y al cabo tienes menos posibilidades de aficiones, de intereses, alguien vaya a encajar en lo que tú necesitas en la vida. Sin embargo, si tú juegas con mucha gente, pues al final ese es el poder que tiene la comunidad frente a otros sistemas de organización más pequeños. Y eso para mí es lo más positivo, que siempre tengo a quien recurrir para cualquier tipo de cosa en la vida.


Ana: Qué bonito, una red de apoyo es espectacular. Y ¿cómo aprendiste a balancear los pros y los contras?


Víctor: Siempre he sido muy versátil, la verdad. Un ejemplo que ilustra muy bien ese proceso de cambio fue cuando volví a vivir en el pueblo, después de haber viajado tanto, volver no fue algo repentino, fui viniendo de manera progresiva. Para ese entonces andaba con una chica con la que empezaba hace poco tiempo y tener que dar explicaciones, presentar a la chica, en todos los espacios, a todo el mundo, no era fácil de asimilar. Fue así como mi amigo me dio un sabio consejo: ¨mira Víctor, si vas a vivir aquí, asumes que es algo natural de la vida que tú estés con una persona, con dos o con tres, no debería dejar de ser natural y es o adaptas tu entorno a tu manera de ser y haces que te entiendan y que te acepte o te vas a tener que adaptar a lo que tu entorno espera de ti, o irte, una de dos¨.

Entonces le di bastantes vueltas al consejo y fue como vale, si voy a estar aquí, tengo que aprender a que la gente vea lo que soy, por qué hago las cosas cuando las hago, qué motivaciones tengo, si me enfado con alguien, tengo algún conflicto que esa persona y el resto de personas sean capaces de entender las motivaciones de formar parte de ese conflicto.

Exige dedicación a la vida en comunidad. Es decir, cuando yo tengo un conflicto no puedo aislarme de esa persona y decir mira, tengo un conflicto contigo. Hay que aprender a expresarse emocionalmente más y hacerse entender. Que esa empatía de la que te hablaba antes, tienes que colaborar con la gente para que sea empática contigo y que entienda tu situación personal y la acepten, esa es la cuestión de cómo vivir en comunidad.


Ana: Sí. me parece que te está hablando de un salto cuántico en la evolución de los individuos y de la inteligencia colectiva. Porque charlando con muchas colegas o muchos colegas. Pues generalmente te encuentras con alguien que te cae mal, es un poquito lo mismo que pasa con Twitter. Con todos estos algoritmos que están metiendo en la tecnología, al final tú acabas leyendo y escuchando a la gente que comparte tu opinión actual, de tal manera que te vas reafirmando poco a poco en esta tendencia y te vas rigidizando porque has creado un entorno que sólo es afín a ti.

Entonces lo que estás comentando me hace pensar en lo importante que es también estar siempre en contacto con personas que tienen visiones y percepciones diferentes de la realidad, porque así tú también puedes ir flexibilizando, encontrando este punto en común. Porque por ejemplo, cuando tú tienes a una persona adelante que te cae mal, este vecino que te cae mal. ¿Cómo se desarrolla esta relación para que sea lo mejor posible para ambas partes?


Víctor: Me parece que uno de los temas más trascendentales que tiene la ruralidad y de los que se habla poco o que para mi gusto no se ha analizado lo suficiente, no se le ha dado la relevancia social o psicosocial que tiene, lo que supone vivir en un entorno en el que tienes que aplicar una serie de recursos sociales que no son necesarios para la vida en la individualidad de la ciudad, aunque suene como antagónico.

En respuesta a la pregunta ¿cómo haces para resolver esos conflictos? Pues muchas veces te toca pedir disculpas, mucho más de lo que estamos acostumbrados a hacer y también tener un poco más de flexibilidad a la hora de aceptar otras opiniones. Hay cosas que acepto de la gente de mi pueblo y también cuando me desenvuelvo con gente de la ruralidad de otros pueblos, creo que funciono igual, que la gente en una ciudad no aceptaría. Me comporto socialmente de maneras diferentes, por un lado aprender a aceptar cosas con las que no se está de acuerdo y pedir perdón.

Otra reflexión importante y que fue un debate interesante, es cómo se es más tolerante con actitudes negativas o con actitudes hirientes que generan más daño de alguna manera en los pueblos que en las ciudades. En los pueblos se toleran cosas que no se toleran bien en la ciudad. No es que en los entornos más individualistas no se toleran ciertas actitudes, es que se marginan esas actitudes, pero siguen existiendo y estando ahí esos comentarios. Un poco lo que decías del algoritmo de Twitter.

Existen bares, espacios donde todo tipo de actitudes están toleradas. Ahora mismo vivimos en una sociedad en la que según en qué ambientes te muevas, puedes estar en el siglo XV o puedes estar en el siglo XXIII y quizás los pueblos estén en el siglo XIX o en el XX. Las sociedades más colectivas, integradoras, independientemente que estemos en el siglo XIX o en el XX y no hayamos llegado al XXI, pero avanzamos todos en bloque. Así que me parece que cuando tú estás tolerando ese tipo de actitudes, no estás tolerando las perce y dejando que existan ad infinitum, quizá estás utilizando estrategias diferentes para que estas actitudes desaparezcan. Y ahí es donde estás visibilizando día a día que tú con otras actitudes diferentes o con otro tipo de comentarios, puedes conseguir lo mismo y estás visibilizando y no marginas a la persona que utiliza esas expresiones.


Ana: Interesante lo que estás comentando, porque estamos hablando de una sociedad regenerativa en todos los sentidos, que incluya esta diversidad y que trabaje en un ecosistema aceptando tanto al gran árbol como al gusano, que va a funcionar y nutrir y de lo cual todos dependemos, del bienestar colectivo. Gracias por compartirlo y pensando en el futuro ¿Cómo ves el futuro de los pueblos? O sea, pensemos a 50 años, ¿qué te imaginas?


Víctor: Creo que van a ser una mezcla entre esta esencia que para mí tienen los pueblos a nivel social, psico-socioeconómico, esta esencia de la colectividad, de la comunidad que representan los pueblos y lo urbano en lo menos abstracto y no en lo más material, creo que somos a nivel material, una sociedad cada vez más urbana. Ya no somos campesinos que trabajamos con las herramientas que hace sólo cincuenta años o en algunos pueblos hace solo veinte años, no habían variado desde el Neolítico prácticamente, o sea, en estos últimos 20, 50, 100 años.

Somos una sociedad materialmente urbana, de ahí la importancia de hacerlo en colectivo, reforzando precisamente ese sentido de comunidad y seguramente vamos a dejar de ser esa comunidad campesina agrícola que compartía molinos de pan, acequias, hacía trabajos a vecinal y que las madres amamantaban a los hijos de las otras familias. Vamos a pasar a ser una comunidad en la que compartamos redes de internet, cooperativas de vivienda, pero mantendremos esa misma esencia. Vamos a sobrevivir, pero a las condiciones de vida materiales dentro de 50 años, que vaya uno a saber cuáles serán.


Ana: Total. ¿Y la relación entre lo urbano y lo rural dentro de 50 años?


Víctor: Hace poco en Twitter, un chico hacia una reflexión que creo que puede condicionar mucho la relación urbano – rural, ahora mismo. El medio rural económicamente ocupa el papel del sector primario en producir los alimentos que consume la sociedad. Estamos llegando a un punto en el que cada vez se está haciendo más agricultura y ganadería; que en realidad yo no lo llamaría ganadería, sino la carne de laboratorio, el cultivo celular de proteína cárnica o carne artificial. Entonces, poco a poco, los procesos se están optimizando cada vez más y se está empezando a ver la diferencia en los precios de la proteína animal producida en laboratorio y la que se produce en el campo. Esto quizá suponga un cambio histórico en la relación que tiene lo rural con lo urbano.

La población urbana va a seguir necesitando de la población rural y del medio rural, para tener ese espacio donde poder desarrollarse personalmente, más allá de lo laboral. En cuanto a la relación económica la verdad que no te sabría decir, lo que sí creo es que va a aumentar el autoconsumo colectivo dentro de las zonas rurales, hablando de materias primas, pero dentro de la relación entre lo urbano y lo rural, creo que lo urbano a nivel de sector primario va a ser menos dependiente de lo rural.


Ana: Cuando estabas diciendo que las personas del mundo urbano van a necesitar el medio rural y hasta has dudado de si necesitaran a las personas del medio rural, que veo como un claro sí, entonces: ¿cómo podemos empezar a nutrir esta relación entre las personas del mundo urbano y lo rural?


Víctor: Por ejemplo, el proyecto rural me parece una buena iniciativa, porque ponen al alcance de la gente que quiera cruzar esta brecha que existe a veces entre lo rural y lo urbano. A nivel social, general e individual, me parece que puede servir para muchísima gente y que también puede responder a la necesidad que existe por acercarse al pueblo.

El pueblo y el medio rural han vuelto a recuperar un espacio que había perdido o que había sido si quieres “caricaturizado” dentro de los medios y canales de comunicación, ha vuelto a recuperar parte de ese espacio o quizá nunca lo ha tenido, no lo sé.

El pueblo existe y se ha abierto un espacio dentro de la opinión pública y de repente a la gente le apetece acercarse al pueblo, aunque a veces es difícil, simbólicamente. Realmente es fácil coger el coche, -autobús en muchos pueblos no tenemos-, pero es tan fácil como coger el coche y acercarse a un pueblo. Pero acercarse socialmente a un pueblo, entender cómo funciona, conocer a las personas es más complicado, pero sigue estando la posibilidad. En seguida cualquier persona que vaya a un pueblo y que quiera invertir un poco de tiempo, como habéis hecho vosotros también, enseguida te das cuenta que la gente del pueblo dispone de más tiempo, tiene capacidad de regalar o de ofrecer más de ese tiempo, para que otras personas se acerquen a su vida, por eso creo que hay que lanzarse también a conocer gente de pueblo.


Ana: ¿Qué nos recomiendas para acercarnos al pueblo?


Víctor: Acercarse con curiosidad, con preguntas, pero también con ganas de responder, de que te devuelvan esas preguntas. Entonces creo que en cuanto puedas aportar algo, la gente te va a aportar siempre, es más interesante que los dos podamos interactuar y compartir, la clave es estar dispuesto y que la comunicación sea bidireccional.


RAÍCES ES UN PODCAST EN COLABORACIÓN CON



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